Como salgo de copas por Madrid de pascuas a ramos, el haber estado una noche de juerga por mi añorada ciudad natal merece una pequeña crónica. Por cierto que la expresión “salir de copas “ me resulta un tanto denostada, no sé si estoy diciendo algo del tipo mover el esqueleto o ¿Qué pasa con tu cuerpo? Qué pena da hacerse viejo.
Total, que el pasado sábado, después de unas cañas en el Café Comercial (un clásico punto de encuentro) y unas raciones en otro sitio, estábamos a punto de entrar en un garito pijo del neo-malasañismo y, con la intención de mejorar la oferta, me vino a la memoria una sugerencia que había oído de un tugurio llamado In Dreams como la canción de Roy Orbison.
Decoración bastante kich, con papel pintado de leopardo, posters de Dean Martin, Frank Sinatra, Elvis y otros cásicos del R’n’R, mobiliario retro (una lámpara de cuatro globos años 70’s igualita que una teníamos en el comedor de mi casa) y música, fundamentalmente de los 50’s, y una amplia carta de cócteles, mmmm especialidad de la casa el Long Island. Según me dijeron, la dueña, muy amable por cierto, es la viuda de Kike Turmix y los bármanes se aplicaban bastante bien con la coctelera. Yo me apreté tres Mai Tais, eran de ron negrita, pero a 7€ qué vas a pedir. Si no aumenté la cuenta fue porque a las 2 y poco tocó la encendida de luces y abajo la música.
Con la panza llena de cerveza y ron, me vinieron recuerdos de la Vaca Austera, el Fantasía (Tomás ¿Dónde andarás?), el Agapo, la Vía Láctea de antes y … yo qué sé más.
En fin, que tres hurras por el In Dreams, que está la cosa muy mal para tomarse una, dos, tres o las copas que sean a gusto ¿o es cosa mía?
Total, que el pasado sábado, después de unas cañas en el Café Comercial (un clásico punto de encuentro) y unas raciones en otro sitio, estábamos a punto de entrar en un garito pijo del neo-malasañismo y, con la intención de mejorar la oferta, me vino a la memoria una sugerencia que había oído de un tugurio llamado In Dreams como la canción de Roy Orbison.
Decoración bastante kich, con papel pintado de leopardo, posters de Dean Martin, Frank Sinatra, Elvis y otros cásicos del R’n’R, mobiliario retro (una lámpara de cuatro globos años 70’s igualita que una teníamos en el comedor de mi casa) y música, fundamentalmente de los 50’s, y una amplia carta de cócteles, mmmm especialidad de la casa el Long Island. Según me dijeron, la dueña, muy amable por cierto, es la viuda de Kike Turmix y los bármanes se aplicaban bastante bien con la coctelera. Yo me apreté tres Mai Tais, eran de ron negrita, pero a 7€ qué vas a pedir. Si no aumenté la cuenta fue porque a las 2 y poco tocó la encendida de luces y abajo la música.
Con la panza llena de cerveza y ron, me vinieron recuerdos de la Vaca Austera, el Fantasía (Tomás ¿Dónde andarás?), el Agapo, la Vía Láctea de antes y … yo qué sé más.
En fin, que tres hurras por el In Dreams, que está la cosa muy mal para tomarse una, dos, tres o las copas que sean a gusto ¿o es cosa mía?
